Cuando me mudé a los Estados Unidos, originalmente iba a ser solo por un periodo de tiempo ya que mi visa y el trabajo que me dio la oportunidad de salir de mi país (Chile) tenían una fecha de expiración.
La verdad nunca imaginé que con el pasar del tiempo más puertas se iban a ir abriendo y mi estadía en los Estados Unidos terminaría siendo permanente. Poco a poco y sin darme cuenta, comencé a formar parte de esta sociedad.
Ya no era un visitante mas en este país, mi vida estaba acá. Era feliz y estaba muy cómodo—mucho ojo con la palabra “cómodo” por esa palabra creo que me tomó más tiempo tomarle el peso a un punto que ameritaba mi total atención: las elecciones.
Personalmente no me siento orgulloso por antes haber sido el tipo de persona que más de alguna vez dijo “la verdad no me importan las elecciones por que yo no puedo votar.” Que equivocado que estaba y realmente doy las gracias a que con el pasar del tiempo aprendí que estando acá en este país, formando parte de esta sociedad, pagando impuestos, haciendo lo mismo que todo ciudadano de los Estados Unidos hace, tengo que hacer notar mis ideales más ahora que formé mi propia familia.
Esos ideales que quieren que mis amigos, compañeros de trabajo, vecinos y todos los que me rodean no se vean afectados por una mala decisión al momento de votar en las elecciones.
¿Pero cómo si no puedo votar?
Esa fue una y otra vez la pregunta que me hice hasta que me di cuenta de que sin saberlo ya estaba haciendo algo al respecto al hablar del tema. Solo con tocar el tema en una conversación con amigos o compañeros de trabajo estoy motivando a gente que sí puede votar a que lo haga, si ellos no están bien informados sobre las opciones a decidir, yo puedo ser esa fuente de información que necesitan.
Una vez que entendí que yo podía marcar una diferencia, me facilitó las cosas e intrínsecamente nuevas ideas aparecieron, como utilizar las plataformas virtuales donde puedes llegar a más personas e incrementar el rango de personas que pueden recibir tu mensaje. También se puede ser voluntario en la comunidad en la que vives en el mismo día de las elecciones haciendo llamados a tus vecinos y amigos a que salgan a votar el mismo día de las elecciones.
Y si es un residente permanente legal, incluso puede servir como trabajador electoral para las elecciones de noviembre.
En fin, estas son solo algunas opciones que están al alcance de todos los que no podemos votar pero que realmente queremos ver un cambio en las leyes que afectan a nuestras comunidades y seres queridos.
Solo tenemos que mentalizarnos en que SÍ PODEMOS PARTICIPAR.
Pablo Cortes es el gerente de finanzas y operaciones en Latino Community Foundation.
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